Sus pinturas a menudo se inspiran en sus propias fotos o material autobiográfico de su propio álbum de fotos familiar. Ella está fascinada con la retrospectiva. Inspirándose en sus fotos y utilizándola para sus pinturas, esa imagen tiene la oportunidad de cambiar de su forma original y, al mismo tiempo, señalar su origen. La pintura terminada puede provocar rastros de reconocimiento de una escena del propio álbum familiar o recuerdos del espectador. Busca evocar una empatía que el espectador pueda reflejarse a sí mismo.

El arte de Anne-Britt tiene un collage de impulsos del mundo de fantasía de la mente subconsciente. A ella le preocupa la frontera entre el sueño y la realidad, específicamente el arte de renunciar al control de la propia racionalidad y ceder al libre flujo de impulsos del subconsciente.

El denominador común del arte de Anne-Britt es que intenta mostrar partes o fragmentos de algo permitiendo al espectador poner su propia historia en su arte. Sugiera escenas que podamos recordar haber visto o experimentado, momentos que desaparecieron y recuerdos poco claros. Mediante el uso de líneas borrosas desagregadas, reordenando secuencias y cambiando entre barreras externas e internas, encuentra una tensión entre lo abstracto y lo figurativo.